Alumnos: les acercamos la grilla de evaluación con la que vamos a calificar los trabajos realizados en Padlet. Es importante que la analicen para que tengan en cuenta los aspectos a evaluar en el trabajo. ¡Éxitos!
Seguimiento de un autor: Gustavo Roldán
jueves, 30 de junio de 2016
miércoles, 29 de junio de 2016
Actividad sobre el cuento: El vuelo del Sapo
Les proponemos que realicen en la plataforma PADLET, las descripciones de personajes-
animales a partir de dos aspectos:
- La caracterización
leída en los cuentos de Roldán
- La búsqueda de información sobre los animales
que se personifican en los relatos.
Si bien aprendimos a usar el programa junto a la facilitadora escolar, les dejamos un link tutorial para realizarlo por si se les presentan dudas.
LINK: https://www.youtube.com/watch?v=Ogz7XW8lemA
El vuelo del sapo: audio
Les compartimos el audio de "El vuelo del sapo"
https://soundcloud.com/user-444842516/el-vuelo-del-sapo-gustavo-roldan
El vuelo del sapo
Lo
que más me gusta es volar –dijo el sapo. Los pájaros dejaron de cantar. Las
mariposas plegaron las alas y se quedaron pegadas a las flores. El yacaré abrió
la boca como para tragar toda el agua del río. El coatí se quedó con una pata
en el aire, a medio dar un paso. El piojo, la pulga y el bicho colorado, arriba
de la cabeza del ñandú, se miraron sin decir nada. Pero abriendo muy grandes
los ojos. El yaguareté,
que estaba a punto de rugir con el rugido negro, ese que hace que deje de
llover, se lo tragó y apenas fue un suspiro. El sapo dio dos saltos para el
lado del río, mirando hacia donde iba bajando el sol, y dijo: –Y ahora mismo me
voy a dar el gusto. –¿Está por volar? –preguntó el piojo. –Los gustos hay que
dárselos en vida, amigo piojo. Y hacía mucho que no tenía tantas ganas de
volar. Un pichón de pájaro carpintero se asomó desde un hueco del jacarandá:
–Don sapo, ¿es lindo volar? Yo estoy esperando que me crezcan las plumas y
tengo unas ganas que no doy más. ¿Usted me podría enseñar? –Va a ser un gusto
para mí. Y mejor si lo hacemos juntos con tu papá, que es el mejor volador.
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–Ahora
que me acuerdo, yo sé un poema que aprendí dando la vuelta al mundo –dijo el
bicho colorado–. Dice así: De los bichos que vuelan Me gusta el sapo porque es
alto y bajito gordito y flaco –¡Qué hermoso poema! –dijo el pichón de pájaro
carpintero–. Cuando sea grande yo quiero hacer poemas tan hermoso como ése.
–Doña Lechuza –dijo la pulga–, estas acusaciones son muy graves y tenemos que
darles una solución. –Hay que decidir si el sapo es un mentiroso o un buen
contador de cuentos –propuso el yacaré. –Eso es muy fácil –opinó el coatí–, los
que crean que el sapo es mentiroso digan sí. Los que crean que no es mentiroso
digan no. Y listo. –Y si se decide que es un mentiroso se tiene que ir de este
monte –dijo la lechuza. –Claro –opinó la pulga–. Si es un mentiroso se tiene
que ir. –Aquí no queremos mentirosos –dijo el yacaré. –Yo mismo me encargaré de
echar al que diga mentiras. O lo trago de un solo bocado –dijo el yaguareté.
–Eso sí que no –protestó el yacaré–. Tragarlo de un solo bocado es trabajo mío.
–Dejen que le clave los colmillos –dijo el puma, que recién llegaba–. Odio a
los mentirosos. –Bueno –dijo la lechuza–, los que opinen que el sapo es un
mentiroso, ya mismo digan "sí". En el monte se hizo un silencio como
para oír el suspiro de una mariposa.
Después se oyó un SÍ, fuerte, claro, terminante y arrasador. Un SÍ como para hacer temblar a todos los árboles del monte. Pero uno solo. La lechuza giro la cabeza para aquí y para allá. Pero el SÍ terminante y arrasador seguía siendo uno solo. El de ella. Y entonces oyó un NO del yacaré, del piojo, de la pulga, del puma, de todos los pájaros, del yaguareté y de mil animales más. El NO se oyó como un rugido, como una música, como un viento, como el perfume de las flores y el temblor de las alas de las mariposas. Era un NO salvaje que hacía mover las hojas de los árboles y formaba olas enloquecidas en el río. La cabeza de la lechuza seguía girando para un lado y para el otro. Había creído que esta vez iba a ganarle al sapo, y de golpe todos sus planes se escapaban como un palito por el río. Pero rápidamente se dio cuenta de que todavía tenía una oportunidad. Y no había que desperdiciarla. Ahora sí que lo tenía agarrado: el sapo había dicho que iba a volar. Mientras tanto, todos los animales festejaban el triunfo del sapo a los gritos. Tanto gritaron que apenas se oyó el chasquido que hizo el sol cuando se zambulló en la punta del río. Pero el tatú, que estaba atento, dijo: –¡Qué mala suerte! ¡Qué mala suerte! Se nos hizo de noche y ahora no podremos volar. –Yo tampoco quiero volar de noche –dijo el tordo–. A los tordos no nos gusta volar en la oscuridad. –Los cardenales tampoco volamos de noche –dijo el cardenal. –De noche solamente vuelan las lechuzas y los murciélagos –dijeron los pájaros. –Será otro día, don sapo –cantó la calandria–. Lo siento mucho, pero no fue culpa nuestra. Esa lechuza nos hizo perder tiempo con sus tonteras. ¿Usted no se ofende?
martes, 28 de junio de 2016
¡¡Bienvenidos!!
¡¡Bienvenidos alumnos!! Inauguramos este blog con la presentación del autor argentino que vamos a seguir este bimestre. Su nombre es Gustavo Roldán y a lo largo de este proyecto vamos a ir subiendo cuentos de su autoría para que lean a través de esta plataforma y trabajemos en clase.
Gustavo Roldán nació el 16 de agosto de 1935 en Sáenz Peña, provincia de Chaco y falleció el 3 de abril de 2012 en Buenos Aires. Fue un escritor argentino.
Centró su trabajo como director de colecciones de libros para niños; coordinador de talleres literarios de escritura y reflexión; de grupos de trabajo sobre literatura infantil; de talleres y encuentros con niños en escuelas y bibliotecas en su país. Además se desempeñó en medios gráficos, como las revistas infantiles Humi y Billiken.
Se licenció en Letras Modernas de la Facultad de Filosofía y Humanidades en la Universidad Nacional de Córdoba.
Junto a su esposa, la también escritora de libros infantiles Laura Devetach, fueron defensores de la literatura infantil como literatura en si misma despojada de intenciones moralizantes.
Según declara en su autobiografía, "aspiro a escribir textos donde la cantidad de años que tenga el lector no sea más que un accidente como el verano o la lluvia o el frío".
Fue ganador del primer premio del Concurso Internacional de Cuentos para niños, del Premio Perguillo (México), el Tercer Premio Nacional de Literatura y del Premio del Fondo Nacional de las Artes.
Gustavo Roldán nació el 16 de agosto de 1935 en Sáenz Peña, provincia de Chaco y falleció el 3 de abril de 2012 en Buenos Aires. Fue un escritor argentino.
Centró su trabajo como director de colecciones de libros para niños; coordinador de talleres literarios de escritura y reflexión; de grupos de trabajo sobre literatura infantil; de talleres y encuentros con niños en escuelas y bibliotecas en su país. Además se desempeñó en medios gráficos, como las revistas infantiles Humi y Billiken.
Se licenció en Letras Modernas de la Facultad de Filosofía y Humanidades en la Universidad Nacional de Córdoba.
Junto a su esposa, la también escritora de libros infantiles Laura Devetach, fueron defensores de la literatura infantil como literatura en si misma despojada de intenciones moralizantes.
Según declara en su autobiografía, "aspiro a escribir textos donde la cantidad de años que tenga el lector no sea más que un accidente como el verano o la lluvia o el frío".
Fue ganador del primer premio del Concurso Internacional de Cuentos para niños, del Premio Perguillo (México), el Tercer Premio Nacional de Literatura y del Premio del Fondo Nacional de las Artes.
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